Pastoral Litúrgica, Dimensión Liturgia
Es la participación plena, consciente y activa de los fieles en la celebración eucarística.
En la noción de liturgia que da el Concilio Vaticano II, destacan los siguientes aspectos:
a)es obra de Cristo total, Cristo primariamente, y de la Iglesia por asociación;
b)tiene como finalidad la santificación de los hombres y el culto al Padre, de modo que el sacerdocio de Cristo se realiza en los dos aspectos;
c)pertenece a todo el pueblo de Dios, que en virtud del Bautismo es sacerdocio real con el derecho y el deber de participar en las acciones litúrgicas;
d)en cuanto constituida por «gestos y palabras» que significan y realizan eficazmente la salvación, es ella misma un acontecimiento en el que se manifiesta la Iglesia, sacramento del Verbo encarnado;
e)configura y determina el tiempo de la Iglesia desde el punto de vista escatológico;
f)por todo esto la liturgia es «fuente y cumbre de la vida de la Iglesia» (SC 10; LG 11).
Así pues, en la noción de liturgia que ofrece el Concilio podemos definirla como la función santificadora y cultual de la Iglesia, esposa y cuerpo sacerdotal del Verbo encarnado, para continuar en el tiempo la obra de Cristo por medio de los signos que lo hacen presentes hasta su venida.
Lo litúrgico y lo no litúrgico
Son acciones litúrgicas (lo litúrgico) aquellos actos sagrados que, por institución de Jesucristo o de la Iglesia, y en su nombre, son realizados por personas legítimamente designadas para este fin, en conformidad con los libros litúrgicos aprobados por la Santa Sede, para dar a Dios, a los santos ya los beatos el culto que les es debido. Lo no litúrgico son las demás acciones sagradas que se realizan en una iglesia o fuera de ella, con o sin sacerdote que las presencie o las dirija (a estas también se les llama ejercicios piadosos).
Lo litúrgico «es lo que pertenece al entero cuerpo eclesial y lo pone de manifiesto» (SC 26) y constituye la eficacia objetiva de los actos de culto. Los ejercicios piadosos evocan el misterio de Cristo únicamente de manera contemplativa y afectiva.
La eficacia de los actos litúrgicos depende de la voluntad institucional de Cristo y de la Iglesia, y de que se cumplan necesariamente las condiciones para su validez; por eso estos actos actualizan la presencia del Señor. La eficacia de los ejercicios piadosos depende tan sólo de las actitudes personales de quienes toman parte en ellos.
Catholic.net
En la noción de liturgia que da el Concilio Vaticano II, destacan los siguientes aspectos:
a)es obra de Cristo total, Cristo primariamente, y de la Iglesia por asociación;
b)tiene como finalidad la santificación de los hombres y el culto al Padre, de modo que el sacerdocio de Cristo se realiza en los dos aspectos;
c)pertenece a todo el pueblo de Dios, que en virtud del Bautismo es sacerdocio real con el derecho y el deber de participar en las acciones litúrgicas;
d)en cuanto constituida por «gestos y palabras» que significan y realizan eficazmente la salvación, es ella misma un acontecimiento en el que se manifiesta la Iglesia, sacramento del Verbo encarnado;
e)configura y determina el tiempo de la Iglesia desde el punto de vista escatológico;
f)por todo esto la liturgia es «fuente y cumbre de la vida de la Iglesia» (SC 10; LG 11).
Así pues, en la noción de liturgia que ofrece el Concilio podemos definirla como la función santificadora y cultual de la Iglesia, esposa y cuerpo sacerdotal del Verbo encarnado, para continuar en el tiempo la obra de Cristo por medio de los signos que lo hacen presentes hasta su venida.
Lo litúrgico y lo no litúrgico
Son acciones litúrgicas (lo litúrgico) aquellos actos sagrados que, por institución de Jesucristo o de la Iglesia, y en su nombre, son realizados por personas legítimamente designadas para este fin, en conformidad con los libros litúrgicos aprobados por la Santa Sede, para dar a Dios, a los santos ya los beatos el culto que les es debido. Lo no litúrgico son las demás acciones sagradas que se realizan en una iglesia o fuera de ella, con o sin sacerdote que las presencie o las dirija (a estas también se les llama ejercicios piadosos).
Lo litúrgico «es lo que pertenece al entero cuerpo eclesial y lo pone de manifiesto» (SC 26) y constituye la eficacia objetiva de los actos de culto. Los ejercicios piadosos evocan el misterio de Cristo únicamente de manera contemplativa y afectiva.
La eficacia de los actos litúrgicos depende de la voluntad institucional de Cristo y de la Iglesia, y de que se cumplan necesariamente las condiciones para su validez; por eso estos actos actualizan la presencia del Señor. La eficacia de los ejercicios piadosos depende tan sólo de las actitudes personales de quienes toman parte en ellos.
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